martes, 7 de febrero de 2017

Edith Piaf


La imagen de Édith Piaf está asociada a su inseparable vestido negro que la hacía fácilmente identificable. Fue una de las cantantes francesas más celebres del siglo XX y un icono parisino que se convirtió en la musa de los existencialistas. Una mujer, que desde el mismo día de su nacimiento, la cobijo la sombra del infortunio.

Édith Giovanna Gassion, nació en París el 19 de diciembre de 1915 Su padre, Luis Alfonso Gassion, era acróbata y su madre, Annetta Maillard, cantante. Aunque en su partida de nacimiento consta que nació en el hospital de Tenon, la realidad es que vino al mundo en plena calle, bajo una farola de gas de un barrio de inmigrantes de París porque su madre, que tuvo que afrontar el parto sólo, no alcanzó a llegar al hospital. Su padre, celebró su nacimiento emborrachándose.

Como sus padres iban de feria en feria y no contaban con ninguna estabilidad, durante sus primeros años fue criada por su abuela materna, una argelina que según cuentan, en vez de leche le daba vino, con la excusa de que así eliminaba los microbios. Después pasó al cuidado de su padre hasta que éste fue llamado a filas para combatir en la primera guerra mundial, por lo que se vio obligado a dejar a Édith a la abuela paterna que regentaba un burdel en Normandía. Existe una leyenda de su estancia en el burdel que apunta que padeció una queratitis que le hizo perder la visión y las prostitutas que trabajaban para la abuela, reunieron el dinero para enviarla de peregrinación a Santa Teresa de Lisieux, donde milagrosamente se curó.

Al finalizar la guerra, su padre regresa y juntos trabajan en pequeños circos y en giras callejeras por París, donde Édith canta por primera vez en público y revela su talento y su voz excepcional interpretando canciones populares como hacía su madre. Pero esto no dura mucho, a los catorce años se separa de su padre y sigue su camino como cantante en la Place Pigalle y los suburbios de Paris. A los diecisiete se enamora de un joven repartidor llamado Louis Dupont, se queda embarazada y tuvo a la que sería su única hija, Marcelle, que murió de meningitis a los dos años. Cuando finalizó su relación con Louis Dupont, se unió a un proxeneta con el que llegó al acuerdo de entregarle parte de sus ingresos que obtenía cantando en la calle, si no la obligaba a prostituirse, pero Èdith no acababa de acomodarse a la vida con él y acabó abandonándole.

En 1935, con veinte años es descubierta por Louis Leplée, dueño de un cabaret y conocido por bajos fondos del barrio parisino de Pigalle, Fue el creador de la artista. La hace vestirse negro y le otorga el apodo de “La Môme Piaf” (la niña gorrión), por su pequeña estatura (1,42 m) y su carácter nervioso. Pronto alcanza el éxito y en 1936 graba su primer disco “Les mômes de la cloche (Los niños de la campana). Louis Leplée es asesinado en abril de ese mismo año y Edith es acusada de cómplice. A pesar de que después es absuelta, la acusación arruinó su recién inaugurada carrera y su imagen pública, obligándola a volver de nuevo a la calle y a los pequeños cabarets hasta que conoce al compositor Raymond Asso, que además de su amante pasa a ser su “pigmalión”.

En marzo de 1937, Édith debuta en el género de music-hall en el teatro ABC de París. Se convierte en una estrella de la canción francesa, adorada por el público; En 1940 Piaf triunfa con una pieza escrita para ella por Jean Cocteau llamada “Le Bel Indiférent”; En 1941, Piaf interpreta la película de Montmartre-sur-Seine de Georges Lacombe.

Durante la segunda guerra mundial, la cantante cambia su nombre artístico de “La Môme Piaf” por el de “Edith Piaf” y continúa dando conciertos. Se la acusó de traidora por su relación con los alemanes de la Francia ocupada, que ella justificó diciendo que trabajaba para la Resistencia, aunque no hay pruebas de ello. Lo que sí se sabe es que fue protectora de algunos artistas judíos perseguidos por los militares alemanes.

Las décadas de los años cuarenta y cincuenta son las del éxito internacional. En 1946 estrenó “La vie en rose”, su tema más célebre, y del que fue autora de la letra. Piaf inspiró a numerosos compositores, siendo la mentora de jóvenes artistas que tuvieron fama internacional. También se destacó como actriz de cine y teatro participando de numerosos films y obras de teatro a lo largo de su carrera artística.

En 1948 conoce en Nueva York al gran amor de su vida, el boxeador francés de origen argelino Marcel Cerdan, pero la desgracia vuelve a la vida de Edith, al morir éste en un accidente de avión en octubre de 1949, cuando iba a reunirse con ella. Absolutamente abatida por el dolor, comienza a tomar morfina y acaba siendo adicta a la misma. A Marcel le cantó su gran éxito “Hymme à l’amour” y su historia dio origen a la película Édith et Marcel.

Fueron varios los romances de Edith Piaf. Los más conocidos con Marlon Brando, Yves Montand, Charles Aznavour, Theo Sarapo y Georges Moustaki. En 1951 un joven cantautor llamado Charles Aznavour se convierte en su secretario, asistente, chófer, confidente y amante y escribe para ella algunas de las mejores canciones como “Plus Bleu que tes yeux” o “Jezebel”. Ese mismo año Edith resultó gravemente herida en un accidente de automóvil. Su recuperación se vio dificultada la adición a la morfina. En numerosas ocasiones inicio curas de desintoxicación, pero nunca consiguió resultados. En 1952 se casó con el cantante Jacques Pills, teniendo como dama de honor a Marlene Dietrich. Se divorció de él en 1956. Seis años después se casó con Théo Sarapo, un peluquero griego convertido en cantante y actor, que era 20 años menor que ella.

Édith Piaf murió de cáncer de hígado a los 47 años en Plascassier, en la Riviera francesa, el 10 de octubre 1963, aunque su fallecimiento fue anunciado oficialmente el 11 de octubre, el mismo día que muere su íntimo amigo el cineasta Jean Cocteau.

El transporte de sus restos mortales fue organizado de forma clandestina. Fue embalsamada antes de ser enterrada junto a su padre, Louis Alphonse Gassion y a su hija Marcelle, en el cementerio de Père Lachaise, en París, con el homenaje de una inmensa multitud de admiradores. Según Charles Aznavour el cortejo fúnebre de Édith Piaf fue el único acontecimiento desde el final de la Segunda Guerra Mundial que paralizó por completo el tráfico de París.

Debido a su condición de divorciada y a su vida “disoluta”, el arzobispo católico de París se negó a oficiar un funeral por ella. Sin embargo, el padre Villaret Thouvenin le dió una bendición final.

“Mi vida de niña puede parecer espantosa, pero era hermosa… Pasé hambre… Pasé frío… Pero era libre…. Libre de no levantarme… De no acostarme… De emborracharme… De soñar… De esperar” (Edith Piaff)

María Torres

DISCOGRAFÍA
  • 1937: Mon légionnaire, letra de Raymond Asso y música de Marguerite Monnot.
  • 1940: L'Accordéoniste, letra y música de Michel Emer.
  • 1946: Les Trois Cloches con Les Compagnons de la chanson, letra y música de Jean Villard Gilles.
  • 1946: La Vie en rose, letra de Édith Piaf, y música de Louiguy y Marguerite Monnot (no acreditada).
  • 1950: Hymne à l'amour, letra de Édith Piaf y música de Marguerite Monnot.
  • 1951: Padam... Padam..., letra de Henri Contet y música de Norbert Glanzberg.
  • 1952: Mon manège à moi, letra de Jean Constantin y música de Norbert Glanzberg.
  • 1954: Sous le ciel de Paris, letra de Jean Dréjac y música de Hubert Giraud, de la película Sous le ciel de Paris de Julien Duvivier.
  • 1956: L'homme à la moto, adaptación de Jean Dréjac del rock americano Black denim trousers and motorcycle boots de Jerry Leiber y Mike Stoller.
  • 1956: Les amants d'un jour, letra de Claude Delécluse y Michelle Senlis, y música de Marguerite Monnot.
  • 1957: La Foule, letra de Michel Rivegauche, versión francesa de la canción Que nadie sepa mi sufrir compuesta por los argentinos Ángel Cabral y Enrique Dizeo.
  • 1959: Milord, letra de Georges Moustaki, música de Marguerite Monnot.
  • 1960: Non, je ne regrette rien (No, no me arrepiento de nada), letra de Michel Vaucaire, música de Charles Dumont.
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